Ignacio Álvarez
Mañas electorales
En una muestra de responsabilidad y congruencia política, el Presidente López Obrador ordenó, suspender la transmisión de las conferencias de prensa mañaneras y de todos y cada uno de sus eventos, en los estados de Aguascalientes, Baja California, Durango, Puebla, Quintana Roo y Tamaulipas; pues en dichas entidades se llevarán a cabo procesos electorales del domingo próximo, al parecer no quiere caer en los mismos abusos del pasado, tampoco encimarse a la ley como lo predica.
Por congruencia y por solicitud expresa de parte del Instituto Nacional Electoral (INE) para evitar la injerencia del Gobierno Federal en el electorado que en breve saldrá a las urnas a emitir la voluntad popular en los estados antes mencionados, aunque los ojos de México están puestos en Puebla, por las circunstancias extraordinarias que generaron la muerte de la gobernadora y su esposo el ex gobernador.
Lo que es inadmisible, es el abuso de conglomerados conservadores que buscan aprovechar la coyuntura electoral para escandalizar y sacar raja política. Resulta que grupos políticos y de poder han tenido la idea de exigir que se incluya a Veracruz en dicha prohibición, con el tonto argumento de que es vecino de Puebla y Tamaulipas, una verdadera vacilada por parte de quienes saben que no lograron posicionar sus propuestas y buscan esquemas alternos para reventar elecciones.
Es evidente que ante la insana intención de esos grupos solo se tiene que aplicar el Estado de Derecho, si en Veracruz no habrá comicios, no existen razones para privar a los veracruzanos del mensaje de su Presidente y mucho menos de su presencia.
Por cierto el Presidente cubrirá una gira durante tres días en el estado de Veracruz, Coatepec, Veracruz, Yanga, Orizaba, Soledad Atzompa y Córdoba contará con la presencia de López Obrador.
Imaginemos que exigencias como la anteriormente planteada prosperaran, entonces habría que suspender la presencia y audiencia de la figura presidencial en cada rincón del país, pues además de las propias colindancias de cada entidad federativa, existe turismo, comercio y demás situaciones que ponen, por citar sólo un ejemplo, a un hidrocálido en tierras hidalguenses o a un duranguense en algún pueblo oaxaqueño donde la exposición mediática igualmente lo puede afectar.
Dicen que en el amor y la política todo se vale, pero como que estas personas sí se pasaron un poco con la petición. Bien cita el conocido refrán, ni tanto que queme al santo, ni tanto que no lo alumbre. La moderación ante todo. Las elecciones se ganan con votos no con trampas.
Estrés Social
El escritor portugués José Saramago en su obra Ensayo Sobre la Ceguera pone a los lectores ante un espejo de lo que somos como sociedad, los comportamientos colectivos e individuales, cuando se abren posibilidades y circunstancias para aprovecharse de algún modo de los demás.
Eurídice como dijo llamarse una mujer de entre 35 y 40 años, llegó a bordo de un automóvil de modelo reciente, bien vestida y con teléfono celular, parecía una mujer con actividades normales y de clase media, vestía uniforme de la Cruz Roja, pero de un momento a otro protagonizó actos fuera de urbanidad; la mañana del martes trató de desvestirse en la Catedral de Xalapa, irrumpió en una rueda de prensa, trató de impedir que Tránsito se llevará su auto y de alguna manera desquició la rutina del corazón de Xalapa, frente a Palacio de Gobierno, sin que nadie se lo impidiera.
El lapsus de alteración psíquica, su comportamiento extraordinario solo llamó al morbo, decenas de transeúntes y reporteros le dieron seguimiento durante las tres horas que duró el espectáculo, grabando con teléfonos móviles y transmitiendo en vivo a través de las redes sociales para saciar el morbo de quienes no estaban presentes.
De acuerdo a los especialistas, la crisis de la mujer pudo ser ocasionada por el estrés y nadie está fuera del alcance de esa situación. Lo grave es que no hubo autoridad alguna que hiciera algo por contener y atender ese comportamiento; ni el personal de la Catedral, ni los reporteros ni los ciudadanos, nadie, tuvo la sensatez de auxiliar a un semejante en evidente crisis.
Este caso debe ser un llamado de alerta, la mujer gritó hasta el cansancio, hizo llamadas y puso su vida en riesgo al cruzar en ese estado de crisis las calles, la ignominia de Eurídice le pudo suceder a cualquiera, los riesgos pudieron ser mayores, pero la estresada sociedad, prefiere pasar de largo o saciar su morbo nomás.
