viernes, abril 26, 2024
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Pluma Negra

Ignacio Álvarez

Para no variar, el tema de la sucesión en el ORFIS, se convirtió ya en un papa caliente para la actual administración, otra vez por falta de operadores efectivos que legitimen al gobierno del ingeniero García, de nueva cuenta ante la falta de autoridad, grupos satélites al gobierno buscan colocar sus cartas con el doble propósito de debilitar al gobierno constitucional a cargo de Veracruz.

Y ahora, la que está a nada de recibir un tremendo “golazo” es la Secretaria de Energía, Rocío Nahle García, quien por cuestiones de su propio encargo ha descuidado el tema político en tierras jarochas y ya le están comiendo el mandado, y es que el que dejó de encargado, simple y sencillamente es un bueno para nada.

La próxima semana se define a quien será el próximo auditor general del Estado durante los siguientes siete años en esa entidad, saqueada hasta la saciedad por sus gobernantes, y aunque no son pocos los diputados de su grupo político dentro de Morena, todos han visto por sus intereses personales.

A la funcionaria la han marginado del tema, cuando por obvias razones le atañen, pues quien resulte electo como titular del ORFIS jugará un papel preponderante en el futuro político de la entidad.

Sin embargo, es muy fuerte la versión de que la elegida podría ser Cecilia Coronel Brizio, una conocida contadora xalapeña ampliamente identificada con el director de Aduanas, el hidalguense Ricardo Ahued Bardahuil, con quien incluso colaboró como tesorera en la capital veracruzana cuando éste, cobijado por el PRI, fungió como alcalde de Xalapa.

Aunque falta mucho para la sucesión, en Veracruz tienen claro que la candidatura de Morena la disputarán Ahued y Nahle, y si la propuesta del ex alcalde de Xalapa se convierte en la titular del ORFIS, difícilmente la titular de Energía, le daría alcance, pues la posición es por demás estratégica en el juego político.

Por supuesto que antes de todo este embrollo, están las elecciones intermedias, donde los grupos internos de Morena se medirán para definir primero las candidaturas y, posteriormente, ver quien mantiene la mayor influencia entre el electorado.

Pero retomando el tema de la sucesión en el ORFIS, es por demás curioso es que en Veracruz, tratándose de un tema Yam delicado, se han querido repetir ese pastel sin pedir opinión del altiplano y, en una de esas, los morenistas terminan dándose un disparo en el pie.

Hasta ahora se rumora que entre los diputados existe una disputa de intereses personales, de revanchas personales y hasta de jugosos negocios que han vislumbrado a través del órgano fiscalizador. Y es que el presidente de la Comisión de Vigilancia ya se encueró a favor e Sergio Vázquez.

La única que ha quedado al margen de este rejuego es Rocío Nahle, quien debería voltear hacia Veracruz antes de que sus correligionarios le coman el mandado.

Sergio Vázquez se perfila

A como de lugar, el Presidente de la Comisión de Vigilancia busca meter en el ORFIS a su tocayo e íntimo amigo Sergio Vázquez, yunista de hueso colorado que de llegar será un caballo de Troya y se convertirá en un Winckler, reclamando autonomía y retando al gobernador, con los niveles más bajos de diplomacia e institucionalidad.

Pero no es ninguna novedad que los morenos se equivoquen en decisiones importantes, en poco tiempo han sido víctimas del poder y se han envilecido, y por supuesto que no será novedad que un yunista ocupe la titularidad del ORFIS y deje mirando al resto de los aspirantes.

La misión fundamental de Sergio Vázquez es proteger a Yunes Linares y su equipo, pero eso no lo entenderá el gobernador ni sus asesores hasta que suceda. Aun está a tiempo de corregir la plana.

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