Córdoba, Ver. – Reporteros de distintos medios de comunicación de Córdoba y la región marcharon desde la avenida 3 hasta llegar a la Fiscalía Regional para exigir justicia en el asesinato del reportero de El Mundo, Julio Valdivia Rodríguez, quien fue decapitado y arrojado a las vías del tren en Tezonapa.
Con lonas y pancartas pidieron “No más amenazas, agresiones, golpes, violencia y muerte contra periodistas” que, como Julio, han sido asesinados al ejercer su labor de informar.
El reportero Julio Valdivia cubría la zona de Tezonapa, en la zona limítrofe con el estado de Oaxaca, una región cañera azotada por la violencia y la inseguridad; donde Julio reporteaba desde la nota general hasta sucesos policiacos. Era plenamente conocido en esta región donde además de laborar, vivía.
La actividad periodística que Julio desempeñaba en una zona de alto riesgo, no era suficientemente redituable, por ello había empezado a vender tamales y donas para generar otro ingreso a su hogar, donde dejó en la orfandad a sus pequeños hijos.
Hoy, los reporteros condenan la muerte de su compañero que desde hace varios años ejercía en esta zona, primero en “A Tiempo”, después en El Buen Tono, y finalmente en Diario El Mundo de Córdoba.
Su moto que era su transporte para el quehacer periodístico fue dejada junto a las vías, donde lo hallaron decapitado, los primeros informes, revelaron que la intención era que pareciera un accidente en las vías del tren, pero confirmaron que su cuerpo fue arrojado.
La última interacción del comunicador en redes sociales fue cuatro horas antes de su hallazgo, después se perdió su rastro hasta el momento en que fue localizado sin vida.
“Descansa en paz Julio, nunca se me va a olvidar cuando me mandaron a cubrir la zona de Tezonapa, no conocía a nadie y me cerraban las puertas en la policía municipal y me negaban información los ministeriales porque “era vieja” (…) Me trasladabas atrás en tu motocicleta, esa que dejaron ahí en medio de la vía. Gracias por todo…” es uno de los mensajes que dejaron en redes sociales tras su asesinato.
Otro mensaje de un compañero, expresa que en esta región “la vida no vale nada”, y pide que el gobierno y la Comisión Estatal para la Atención y Protección de los Periodistas (CEAPP) volteen a ver a los reporteros que cubren esta zona de conflicto.
Este día, los medios amanecieron de luto; la sección de “Tezonapa” de la casa editorial donde laboraba Julio, permanece vacía; solo un color gris y un moño negro acompañan esta sección que el reportero en vida llenaba de notas informativas.
