Zongolica, Veracruz- La licenciada en derecho y titular de la Notaría Pública número 1 de Zongolica, Justina Reducindo Candanedo, solicita una audiencia con el Gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez, para que presente la documentación que acredite quiénes son los legítimos propietarios de la Ex Hacienda de Tlanecpaquila.
Con copias certificadas de la historia registral, se demuestra la actual situación legal de la propiedad de la Hacienda de Tlanecpaquila.
“Me atrevo con todo el respeto que merece, a señalar un grave error por parte del Gobierno del Estado, y la comunidad de Tlanecpaquila».
Expresó, “es necesario que usted señor Gobernador me escuche y permita le entregue los títulos de propiedad para narrarle, que tengo en este legajo, la historia registral de la propiedad y por lo tanto la misma parte del título del señor Pablo Rodríguez, hasta el título de propiedad de los hermanos Gómez Landeros y la suscrita, como copropietarios”, refirió.
Dijo, “quiero expresar realmente, con todo respeto, mi dolor porque a las autoridades les he mostrado estos documentos, los que incluso obran el algunos juicios en el Juzgado Mixto, sin ser realmente reconocidos».
De los documentos que exhibieron se desprende que “la propiedad de Pablo Rodríguez”, a su muerte quedó sujeta a una sucesión testamentaria, con base en un testamento otorgado ante un Notario de Orizaba, y que dicha sucesión, fue tramitada.
En cuanto a la documentación que está en su poder, afirmó “está a disposición de cualquier persona o institución, y del Gobernador, si me lo pide, todos los documentos legítimos».
Exclamó, “me da tristeza, y hoy el señor Gobernador dice que va ayudar a la gente, gente demandada a la que de igual manera se le ha informado y le consta la historia de dicha hacienda; pero que desgraciadamente; cada funcionario público que ha pasado en los puestos de gobierno, utiliza dicho conflicto, como trofeo político, sin solucionar el problema a la comunidad; la que actualmente ya no sabe ni quien le está diciendo la verdad para legitimarse. Y es tan sencillo. Pero, en fin».
