miércoles, julio 23, 2025
InicioOpiniónCentroamérica, la región más violenta del mundo

Centroamérica, la región más violenta del mundo

Imagen: limonapp

 

Cada día en la región se suman más víctimas de la violencia, los índices de homicidio están en los primeros lugares de las listas mundiales, y este mal no parece detenerse.

El continente americano, se compone principalmente por 2 grandes regiones; Norteamérica y Sudamérica. En medio de ellos está Centroamérica y el Caribe, región convulsa, que ha servido de puente para el narcotráfico entre el norte y el sur. Por lo menos, en los últimos veinticinco años ha visto como la aparición de pandillas callejeras y la reciente expansión de los cárteles mexicanos han derruido la estabilidad política, económica y social de los países que la integran.
Principalmente en el llamado “Triángulo Norte”, conformado por, Honduras, Guatemala y El Salvador, sumiéndose en una permanente violencia catastrófica e inverosímil, como lastre del crecimiento económico de los países, generando enormes pérdidas a la productividad, aumentando los costes de producción y limitando la inversión extranjera, además, reduce la calidad de vida de la población, restringe la libertad de movimiento, provoca un bajo rendimiento escolar y alto abandono especialmente entre los adolescentes, quienes muchos de ellos deciden migrar a los Estados Unidos, buscado una salida a la terrible realidad; con el consiguiente perjuicio reflejado en un profundo impacto social.
Uno de los principales elementos es: “las maras” –pandillas callejeras-, cuyo territorio donde viven es el lugar donde ejecutan sus actividades delictivas, como: la extorsión, asesinatos, tráfico de drogas y de personas, además de control territorial y protección.
Su amplia historia se remonta a la década de 1980, cuando en la ciudad de Los Ángeles, California, llegaron intensamente migrantes provenientes de El Salvador, país que se encontraba en medio de una cruenta Guerra Civil; ofreciendo protección a los recién llegados, quienes regularmente sufrían ataques de otras pandillas de hispanos y discriminación por parte de la policía estadounidense, aunque con el paso del tiempo ampliaron sus actividades al tráfico de personas.
En 1992, las autoridades de Estados Unidos comenzaron a deportar en masa a personas ligadas con las maras en especial con la “Salvatrucha (M-13)” y “Barrio 18”, grupos antagonistas que en la década de los 90´s protagonizaron una salvaje batalla en las calles de Los Ángeles, por hacerse del control territorial.
La vuelta a la patria llevó a un viraje en las actividades del grupo hacia el narcotráfico y narcomenudeo, el sicariato, la extorsión a pequeños comercios e instituciones, secuestro y tráfico de armas, cobro de peajes y su crecimiento explotó muchas veces apoyado en la difícil situación socioeconómica en la región y el desamparo general sufrido por los jóvenes de bajos recursos, posteriormente, saltaron la frontera llegando a Guatemala y Honduras.
Por su parte los cárteles de la droga de México y Colombia realizan una nueva segmentación de las rutas y mercados de consumidores. El crimen organizado, el otro gran catalizador de la violencia en Centroamérica, actúa de forma opuesta a las pandillas, con violencia extrema, apoyadas por un importante entorno social que las encubre, con la capacidad de corromper al Estado.
Los cárteles mexicanos han trasladado en los últimos años a Centroamérica el 90 % de sus operaciones relacionadas con el tráfico de cocaína hacia EE.UU., gracias a las alianzas que han tejido con las maras o pandillas locales. El «Triángulo Norte», es al día de hoy escenario de disputadas despiadadas por las rutas de la droga y lugares apreciados para el almacenamiento de armas y droga»; las pandillas, hacen los «trabajos sucios» de los cárteles a cambio de que estos las ayuden a distribuir el «narcomenudeo» y a comercializar mercancías ilegales.
A esto se suma un acceso fácil a de armas de fuego, que de acuerdo con diversas fuentes son, utilizadas en tres de cada cuatro homicidios cometidos en la región. Para colmo existe una amplia impunidad que reduce el costo de cometer un asesinato y estimula la justicia por mano propia.
Con instituciones débiles, inoperantes y corrompidas, los problemas en Centroamérica son tan graves y profundos que no hay un camino claro de cómo contrarrestarlos, puesto que involucran diversos factores de manera integral como la desigualdad y los escasos servicios públicos; pues a mayor falta de oportunidades profesionales los jóvenes son presa fácil de la delincuencia, sin embargo, dada la situación las posibilidades de inversión se diluyen.

– ¿Los Gobiernos centroamericanos son capaces de ejercer control en sus países o han cedido el poder a los cárteles y pandillas?

JA. Sandoval

RELATED ARTICLES

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Most Popular

Recent Comments