El Congreso del estado de Texas aprobó en la madrugada del jueves un proyecto de ley para tratar de acabar con las ciudades santuario que existen en sus fronteras. Concretamente, la nueva normativa bloquearía fondos estatales a aquellos gobiernos locales o universidades que se nieguen a cumplir con las leyes migratorias y, por tanto, protejan a indocumentados.
La nueva iniciativa, que fue aprobada por la mayoría republicana del gobernador Greg Abbott, también introduce una enmienda que permitiría a los agentes de policía pedir el estatus migratorio de cualquier persona que paren por la calle, por ejemplo, en controles de tráfico. La propuesta original sólo permitía esto en casos de arresto.
La propuesta aprobada, que se asemeja a otra que aprobó el Senado texano en marzo, contempla incluso penas de cárcel para los sheriff del estado que estén al cargo de las oficinas que no cooperen con el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).
Esto era una de las prioridades en la presente sesión legislativa estatal del gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, quien en los últimos meses se ha mostrado muy cercano a las posturas del presidente estadunidense, Donald Trump, en materia migratoria.
Durante el debate en la cámara baja, que duró más de 16 horas y se prolongó hasta la madrugada de este jueves, se presentaron unas 180 enmiendas al proyecto de ley SB4. Muchas de ellas, de demócratas, que trataban de rebajar la dureza de la ley, pero sin éxito.
Varios de los legisladores demócratas denunciaron además que la enmienda, que permitirá pedir el estatus migratorio de cualquier persona detenida en la calle, es un retroceso para los derechos de los habitantes de Texas. Recordaron que una ley con el mismo objetivo no fue aprobada en la última sesión legislativa estatal porque fue tachada de “racista”.
Congresistas progresistas lamentaron que la nueva normativa sea muy similar a la controvertida ley de Arizona conocida como “muéstrame tus papeles”, aprobada en 2010 y ampliamente criticada por racista.
A falta de que la Cámara de Representantes y el Senado estatal consigan convertir sus dos respectivas propuestas de ley en una sola, tras la firma de Abbott este controvertido proyecto de ley entraría en vigor el próximo 1 de septiembre, conforme a la ley de Texas.
