Enorme festejo del 25 aniversario del
grupo Luevano’s Boys
Por: Noé Flores Cortés
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Mejor imposible: Los primeros 25 años de futbol y amistad del grupo de entrenamiento de Roberto Luévano Vega, se festejaron en grande, primero con una misa de acción de gracias y después con una cáscara en Real 14 y una rica comida, sin faltar la entrega de reconocimientos.
La unión del grupo sin duda alguna, fue lo más destacado, pues habla del trabajo y la labor de Roberto Luévano Vega, a lo largo de los primeros 25 años, donde no sólo ha podido transmitir sus conocimientos para que los integrantes, trabajen y se diviertan, sino ha sorteado todas las situaciones, para sobrellevar con buen equilibrio el grupo, manejar diferentes caracteres y hasta intereses de mucha gente, no es fácil y él lo logró.
Fue un primero de septiembre de 1994 cuando los doctores Eduardo Salomón, Rafael Picazo, “Chavarin” Consuegra y Jaime Cao, iniciaron en el Club Azucareros éste grupo y como lo describió Salomón, a la semana ya sólo había dos, pero el grupo se fortaleció con la llegada de nuevos elementos y empezó a crecer hasta lo que ahora es.
De ese grupo surgió el primer equipo de master de la Liga que también fundó Roberto Luévano Vega en 1992, los llamados Amigos de Tobi, los cuales dejaron huella y años después nacieron los Luevano’s Boys, los cuales ahora nos brindan muchas satisfacciones.
Pero el homenajeado fue precisamente Roberto Luévano Vega, como reconocimiento a su gran labor en favor del futbol de la zona centro del estado, por lo que recordamos cuando llegó a Córdoba procedente del Jalisco, a unos Azucareros recién ascendidos de Tercera a Segunda, logro conquistado con gol del Chino Santiago sobre el Celaya, por lo que la prensa le pidió a Batata que el centro delantero en la Segunda División tendría que ser Santiago, y Luévano tendría que ganarse el puesto, pero Batata hizo jugar a los dos y “El Motita” tuvo una presentación de ensueño, le anotó CUATRO GOLES al Zamora y se echó a la gente a la bolsa.
Con experiencia en Primera División con Jalisco, Querétaro y Atletas Campesinos, además de seleccionado nacional, Luévano iba para el Atlas, con quien hizo pretemporada, pero Jalisco no lo soltó y lo envió a Córdoba, donde llegó para quedarse, pues en su primera temporada, fue campeón goleador y estuvo Azucareros a un gol o a unos minutos de ascender a Primera División.
Roberto Luévano Vega, se retiró en el Marina, pero jamás dejó de prepararse en lo que es su pasión y su vida, el futbol, así que fue auxiliar en ese equipo de Enrique Rivas, posteriormente en Córdoba, Director de futbol del Tecnológico de Monterrey, escuela en Cuitláhuac y escuela de futbol del Casino Español, además de transmitir sus conocimientos a un grupo de chavos en los desaparecidos campos de “El Mexicano”.
Con su título como entrenador profesional bajo el brazo, dirigió al Santos Casino a quien llevó a la final de la Tercera División, sin dejar de entrenar un sólo día con el grupo de los Luevano’s Boys, con quien no hay chance de repetir rutinas de trabajo, pues Roberto no deja de prepararse en cursos, clínicas diplomados internacioales de futbol.
Eduardo Salomón, como fundador del grupo le hizo un reconocimiento especial al maestro por su labor, pero pidió que quien se lo entregara fue el jugador más longevo del grupo y ejemplo para todos, Tinoco, quien también fue ovacionado en grande; más tarde, Toro entregó otro reconocimiento a nombre de todo el grupo.
El broche de oro no podía ser mejor, Bernardo Peláez cantó una melodía de su inspiración escrita especialmente para este grupo los Luevano’s Boys 1994-2019; tras las porras y las felicitaciones, Roberto agradeció al grupo la confianza, el apoyo y sobre todo el ser parte de su familia, porque eso somos, una gran familia.
Rica comida, música y decenas de anécdotas, en Real 14, gracias a la generosidad de Benito Trujillo, que también es parte del grupo.