sábado, julio 26, 2025
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China contra la libertad y prosperidad de Taiwán

Existen 2 Chinas y están dispuestas a enfrentarse

El avance del gigante asiático no tiene freno, China se ha posicionado como la segunda potencia a nivel mundial y está próxima a ser la primera; sus logros en diferentes áreas como la ciencia, la salud y economía han fortalecido su política expansionista. Para concretar su hazaña se han fijado una fecha. Antes del año 2049 (centenario de su Revolución, encabezada por Mao Tse-Tung) el gobierno de Pekín pretende concretar su consolidación como líder mundial, incluyendo la anexión de todos sus territorios independientes.
Por su parte, Taiwán, pese a solo ser reconocido oficialmente por menos de 20 países, ha logrado meterse al club de los países más ricos y libres de todo el mundo, cuenta con un poderoso y amplio ejército que representa una punta de lanza de EEUU en el sudeste asiático. Aun con su alto índice de desarrollo humano, no parece ser lo sufriente fuerte para oponerse a la China continental.
– ¿Pero, qué es lo ocurre entre China y Taiwán, y cuál es el origen de las tensiones actuales?
La peculiar situación que hoy vive Taiwán tiene su origen en la gran guerra civil que vivió China (1927 – 1949). Enfrentándose las fuerzas Nacionalistas contra el Partido Comunista, liderado por Mao Tse-Tung; donde estos triunfaron en la batalla, en 1949 al caer el último territorio controlado por los nacionalistas despegó un avión hacía Taiwán, la última provincia bajo su dominio, llegando a albergar a 2 millones de personas y los restos del ejército nacionalista. Con lo cual Taipéi, la ciudad más poblada de la isla sería la capital de la República de China, recibiendo el apoyo y reconocimiento de EEUU, al verla como sede del gobierno de toda China.
En 1972, luego de la visita a Pekín del presidente Nixon de Estados Unidos, se produjo un cambio drástico, en las relaciones entre la República Popular de China y Washington, haciéndose más estrechas. Al punto en que en 1979, Jimmy Carter decidió establecer relaciones diplomáticas con Pekín, como resultado dejo de reconocer como homologo al gobierno de la República de China (Taiwán).
Durante años el gobierno de Taipéi (Taiwán) no declaró su independencia y continúo considerándose como el legítimo gobierno de toda China. Y como diplomáticamente cada país solo puede tener un gobierno reconocido, surgió la política de “una sola China”, la cual es seguida por casi todos los países del mundo, un giro que llevó a Taiwán a perder su lugar dentro de la ONU y prácticamente todos los organismos internacionales.

Desde comienzos de la década de los 90s, Taiwán relajó sus esfuerzos por ser considerado como el legítimo gobierno de China; gracias a su sólida construcción política, social y democrática que han forjado con el transcurso de los años han consiguiendo marcar una notable diferencia respecto a lo que se vive en China continental, bajo la dictadura del Partido Comunista. Pasando de ser, décadas atrás, un país de exiliados a una nación con rasgos propios. Premisa que ha defendido arduamente la actual presidente de Taiwán Tsai Ing-wen.
Sin contar con todo el reconocimiento de país, pero sí con un reconocimiento internacional de su soberanía y autogobierno, sus antiguas embajadas se han convertido en centros culturales. Los taiwaneses tienen pasaportes y documentos de identidad expedidos por su gobierno que son reconocidos internacionalmente. Hecho que ha generado la ira de Xi Jinping (Presidente de China), quien desde Pekín se ha opuesto férreamente a la independencia de Taiwán indicado su interés por la reincorporación a la China continental.
Para fortuna de la isla, cuenta con varios países “amigos”, dispuestos a apoyarla, uno de ellos es EEUU, continuando comprometido con su seguridad, mediante la aprobación del “acta de relaciones con Taiwán”, firmada en 1979, documento que se reserva velar la seguridad y defensa del territorio.
Recientemente, en las elecciones presidenciales de Taiwán los ciudadanos han dado su voto por enorme mayoría al Partido Progresista Democrático de Tsai Ing-wen. Dando un golpe contundente al régimen dictatorial de Pekín. Con el ejemplo claro de lo acontecido en Hong Kong, bajo el asecho e intromisión y las protestas derivadas, como sus consecuencias, los taiwaneses han optado por su autonomía y libertad, respecto a una tentadora estabilidad económica, que supondría su rendición a Pekín.
-¿Será Taiwán capaz de preservar su libertad y autonomía, pese al brutal acoso de Pekín, o terminara muriendo su democracia al permitir su anexión a China?

JA. Sandoval

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