domingo, julio 27, 2025
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La educación en México, la otra crisis

Foto: Enlace de la Costa

Desde hace mucho tiempo la educación en nuestro país es deficiente y obsoleta; los esfuerzos por mejorarla se han quedado únicamente en propuestas políticas o conveniencias sindicales.
Una necesidad primordial, la educación en todos sus niveles debe representar para todos los gobiernos una de sus principales responsabilidades, sin embargo, los resultados comparativos dejan en evidencia las múltiples carencias que hay en el Sistema Educativo; y para muestra los alarmantes datos que arrojó la prueba PISA en su última aplicación (2015), los resultados en el país mostraron que el rendimiento de los alumnos mexicanos (423 puntos) está por debajo del promedio de los países de la OCDE (493 puntos).
Los problemas educativos en México son mayúsculos y diversos: La inequidad de género, el analfabetismo, la deserción, discriminación social, la insuficiencia de espacios, instalaciones en mal estado, recursos mal invertidos, bajos sueldos para los profesores, altas cuotas de inscripción, plazas sindicales, Reformas Educativas, paros magisteriales, huelgas, poca especialización, apoyo escaso a la ciencia y el deporte, distancias largas para llegar a las escuelas, evaluaciones, tiempo en las aulas, sobre cupo, sin apoyo al arte y cultura, poca vinculación con el campo laboral, apoyo extra clase, bullying, acoso sexual, venta de drogas, distanciamiento tecnológico, entre otros, son probablemente los que más permean y repercuten de manera trascendental en otras esferas del ámbito social.
Cada administración pública busca implementar estrategias para contrarrestar este severo problema, pero en un país megadiverso, y con regiones tan apartadas, con escasos recursos, múltiples comunidades indígenas donde no se habla español, la desigualdad social se profundiza, evidenciando la necesidad de llegar a más personas los recursos tecnológicos pueden ser de gran ayuda o todo lo contrario…
Nadie se podía suponer el impacto brutal que generaría el nuevo SARS-CoV 2, la pandemia ha obligado a millones de personas a mantenerse en “cuarentena”. Una prolongada cuarentena que ha roto el equilibrio cotidiano, afectando desde luego a los estudiantes, quienes en su mayoría desde marzo comenzaron a abandonar las aulas por medidas de sanidad; paulatinamente las escuelas han intentado continuar con sus programas mediante las ¨clases en línea¨, apoyándose de herramientas digitales profesores, alumnos e incluso padres de familia han tenido que aprender a marchas forzadas el funcionamiento de las plataformas virtuales.
Lamentablemente no todos los hogares cuentan con equipo de cómputo, ni acceso a internet, de acuerdo a datos del INEGI tan solo el 76.6% de la población urbana es usuaria de Internet. En la zona rural la población se ubica en 47.7 por ciento. De los hogares del país, 44.3% dispone de computadora y 92.5% cuenta con al menos un televisor.
La situación se agrava con la crisis económica, dejando sin empleo a miles de personas, muchos de ellos padres de familia, quienes se verán imposibilitados de seguir pagando el servicio de internet.

De acuerdo con estudios realizados por investigadores, en otros países la suspensión prolongada de las clases en Escuelas Primaria redujo los salarios de sus alumnos muchos años después en hasta un 3,2% para los hombres y 1,9% a las mujeres. La reducción en el nivel educativo de los alumnos que experimentaron el cierre de los centros aumentó su desempleo y redujo los niveles de cualificación de las ocupaciones en las que están empleados cuando llegaron al mercado laboral con respecto a otras generaciones que no experimentaron esos cierres.
La educación superior también se ha visto notablemente afectada, las universidades han cerrado, las clases han sido suspendidas o se imparten en línea. Las conferencias académicas también se han cancelado. Los estudiantes que estaban participando en programas en el extranjero no podrán ser evaluados y algunos de ellos no pueden volver a sus países de origen aún. Los programas para estudiar fuera han sido cancelados hasta nuevo aviso. Incluso se ha pedido a los académicos no viajar a países afectados por la pandemia o a evitar totalmente viajes internacionales.
Por su parte “la nueva normalidad educativa” en México, contempla el regreso a clases e inicio del nuevo ciclo escolar 2020 – 2021, el próximo 24 de agosto (del presente año), para la educación básica. De manera no presencial millones de alumnos en todo el país deberán retomar su formación académica; apoyándose de un valioso acuerdo entre las televisoras abiertas para transmitir en sus canales las clases a distancia que ofrece la SEP.
A pesar de todas las dificultades hay especialistas que predicen un impacto positivo no intencionado, principalmente en el nivel superior, en particular el incremento de la enseñanza y el aprendizaje en línea y una política de reclutamiento de estudiantes internacionales más diversa, dejando de depender tanto de otros países.

-¿Será México capaz de afrontar la situación y evitar una generación perdida?

JA. Sandoval

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