Monitorean plaga de la Langosta en 300 hectáreas en ejidos de La Pesca, Potrero y Anexas y Potrero Viejo
*Es alta la infestación de Mosca pinta, según el muestreo en ejido de Paraje Nuevo
Benito Juárez Ramírez
Atoyac, Ver.- Las plagas de la Langosta Centroamericana y Mosca Pinta atacan la zona de abasto del ingenio Central Potrero, por lo que Personal técnico de la Comisión de Sanidad Vegetal del Estado estará hoy jueves en Potrero Viejo para monitorear la presencia de la plaga de la Langosta, luego que ya hace presencia en 300 hectáreas de los ejidos de La Pesca, Potrero y Potrero y Anexas e iniciar de inmediato el combate masivo de este insecto.
En el caso de la plaga de la mosca pinta, derivado del monitoreo, ya se está atacando con la instalación de trampas verdes en la que han atrapado entre 220 y 420 moscas en cada trampa en el ejido Paraje Nuevo; lo que representa que es bastante fuerte la infestación de este insecto y que podría originar pérdidas por arriba de un 30 por ciento en la producción para la zafra 2020/2021.
Los dirigentes de las organizaciones cañeras de la CNPR y de la Unión Local de Cañeros A.C, Ángel Gómez Tapia y José Luis Gordillo Fernández, respectivamente; después de advertir lo anterior, informaron que los gastos para el combate de estas plagas serán cubiertos por el Comité de Producción del ingenio Central Potrero.
Detallaron que estas dos plagas -Langosta Centroamericana y Mosca Pinta-, son una amenaza para el cultivo de la caña de azúcar, porque impiden el desarrollo de la planta y se cae la producción en campo.
Por eso, expresaron que, en el caso de la Langosta, estará hoy personal técnico de la Comisión de Sanidad Vegetal del Estado, para realizar trabajos de monitoreo en los ejidos antes mencionados para de ahí poner en marcha de inmediato una campaña masiva de combate a esta plaga, donde ya hace presencia en 300 hectáreas de esta zona de abasto.
Expusieron que para atacar estas plagas de manera frontal, se está llevando a cabo en coordinación con las autoridades ejidales a efecto de evitar que sigan haciendo daño a los cultivos de la caña de azúcar; que de no hacerlo, las pérdidas económicas serán incuantificables para los productores de caña afectados.